jueves, 21 de enero de 2010

Incrustaciones

Página 33
Agua fresca.
Te pido que fluyas.
Como todo en el mundo.
Que te vayas.

Sin embargo,
tengo mucha sed.
Sé que lo natural
es que continúes.

El aire asfixiante y denso,
que se estanca entre
el pavimento y nuestras narices,
me hace sentir
realmente mal.

Estas acá,
dentro de mis párpados,
mojándolos.
No puedo beber de tu incorpórea hermosura.
Tan solo,
porque no te acercas a mi boca.

Vivo transpirado.
Estacionado en el vestíbulo del Gran Desierto.
Constantemente la humedad,
la frescura,
se van de mi cuerpo.
Cada movimiento
es pensado dos veces.

Hace ya incontables lustros
que solamente recuerdo tu sabor.
Continuo resquebrajandome.
Ahora me contento con mojar mis pies.
Aunque sea solo por un segundo.
Un pequeño roce,
con eso me basta.
Y en ese fugaz instante
te contaré infinitos relatos.
Para ponerte al corriente,
Agua fresca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario