domingo, 6 de diciembre de 2009

Incrustaciones

Página 51

Vuelvo a escuchar la canción.
Veo la foto y la traducción.
Leo y releo.
La cabeza me esta por explotar.
Oh oh oh
Por qué nos fugamos?
para ser recuerdo.

Página 201

No puedo dejar de caminar la calle,
las mismas calles, todos los santos días.
Caminatas nocturnas predestinadas.
Cada punto tiene su asociación,
instantánea, directa y fugaz.
Por sobre todo fugaz, pero no por eso dejara de marcar.
Una esquina en la que nos encotramos,
una linea de colectivo,
una estación de subterráneo,
una parada de bondis, específicamente, en la cual llego a tal punto de delirio,
que las piernas se me aflojan,
observando todo atentamente,
cada persona sentada en la pizzeria,
cada persona que camina por la cuadra o por la de enfrente
(de la mano de esa casa de dos pisos que tanto terror me genera),
cada persona que viajan en esos escarabajos lateros, ya vayan para quilmes o palermo.
A esta altura todo da igual.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Incrustaciones

Página 29

Pasmado y atareado me senté lentamente en el centro de mi cuarto.
Miré fijamente las tablas de madera que conforman el piso
(y todos sus intersticios).
Marrillento muy claro con retazos de marrobscuro.
Coloco el sifón en el suelo, con su correspondiente vaso.
Apago la luz, y me tiendo en el fresco suelo.
Recuerdo como en el verano arrojábamos el colchón al piso,
para que entráramos los dos.
Y para no sufrir tanto el calor de los cuerpos sudorosos,
de transpirar el cuero cabelludo hasta el punto en que nos llueve el tejado.
Igualmente eso no importaba mucho. El echo era vernos despertar.
Tal vez una, dos o mil veces.
La constumbre de tenerte a mi lado,
oculto la belleza de la simpleza, de lo espontáneo.

Prendo el ventilador y el turbo, como solíamos hacer.
Tomo un buen vaso de soda refrescante de un solo trago.
Apoyo la cabeza en el puf y en lo negro llego a diferenciar
el girar de las aspas.

Me reincorporo abruptamente,
recordé un error.
La planta del pie comenzó a sangrarme,
al inspeccionar mas de cerca se trataba de una astilla vidrasica.
La cual ingreso cortando tejidos,
y se alojo en el seno de mi carne palpitante y pensante.
Nunca

martes, 1 de diciembre de 2009

Buen Dia

1/12/09


La vida corre de prisa. Me he quedado sin trabajo, década y media buscando. Hace unos cuantos años que no tengo noticia alguna de mis 2 hijos, ellos se quedaron allá. La petaca siempre a un costado del corazón. No es que sea alcohólico, ni nada por el estilo, solamente se hizo costumbre.

Todos los días lo mismo, despertarme contracturado, gritos y desmanes mediante, (producto de esos pendejos mimados y prendidos al ultimo vagón de la moda que regresan de una buena curda para desplomarse sobre sus cómodas y arregladitas camitas). Todas las madrugadas me tomo un buen rato para despabilarme y recordar lo que hice ayer, para hacerlo hoy. La dieta de la supervivencia, cada paso mas exigente que el anterior.

Tomo unos mates, el quiosquero del puesto de diarios de Juramento y Cabildo me deja cotidianamente el termo con agua (lista para cebar, siempre me impresiona la justeza de este hombre para contener la efervescencia brutal) y algún periódico. Me gusta estar informado, un tipo de entretenimiento que me hace olvidar lo miserable que soy, mejor dicho lo miserable que me hacen sentir. Justamente cuando recuerdo esto último es la hora de arrancar, comenzar nuevamente con la búsqueda inconclusa. Generalmente esto es alrededor de las 6 AM.

Blues

The blues



El blues es sangre y sudor.

Lamento oprimido

Que estalla en la noche.



Ritmo del corazón,

Que acompaña al humano

desde los tiempos sin tiempo.



Empapado en alcohol y sensualidad.

El blues abraza

todos los rincones del mundo,

Con sus inmensas manos

Y despellejados dedos.



Nos mira,

mientras se mece,

detrás de sus lentes negros.

Y se sonríe,

la cuestión

ha cambiado muy poco.



En el Delta.

En los campos de algodón.

Cruzando el océano.

En las afueras de la inmensa ciudad.

Dentro de mi cabeza.



Entre personajes marginales.

Entre intelectuales seudo-bolches.

Entre almas solitarias

Y agobiadas de tanto cemento

(sobre sus espaldas).

Entre corbatas y zapatos.

Entre las piernas de algún ser,

Florece su vitalidad

(y se hace oír).



Armado con filosas guitarras,

Oxidadas armónicas,

Zumbantes trompetas,

Decadentes teclados,

Percusiones vitales,

Platillos repiqueteantes,

Bajos punzantes,

Slides deslizantes

Y

Con un fuego avasallador

Que brota desde las entrañas

Del malestar general.

El blues planta su arsenal,

Para romper con la monotonía

Mediocridades diarias.

Y, así, devolvernos el pulso.

Subliminaje Urbano - Tercera Entrega

III


Nuestra piel comienza a endurecerse. Capas y capas de átomos mercuriosos (metálicos) se asientan sobre nuestra epidermis. El sol los calienta, excita, y comienzan a correr los electrones. Saltan y se multiplican, cada vez son mas las partículas que sedimentan sobre nuestro ser. Convirtiéndose en intraspasable e intransferible caparazón, mordaza del corazón.

“Me miro el hombro y brilla. Parce una capa de acero, la que me cubre íntegramente”.

El aluminio frío nos quema la piel. Lo sufrimos, nos encorvamos debido a la agonía.

Cada vez serán menos los movimientos que podremos hacer. Los músculos se encontraran tensos y se acortaran. Llegara un punto en el que no podremos ni hablar. El hierro nos fijara e inmovilizará.

Y presentiremos que el BLINDAJE que se nos hará carne, ellos mismos lo producen.





IV


Humanoides sin conciencia caminan y obturan las calles de la ciudad. Estrechos edificios, pero muy altos se erigen sobre nuestras cabezas… Qué puedo escribir acerca del paisaje URBANO que no hayan escrito ya personas como Javier Martinez, Claudio Gabis, Norberto Napolitano, Mauricio Birabent, Emilio del Guercio, Edelmiro Molinari, Ricardo Soule, etc.






La creación de este espacio cibernético responde a las ganas de poner en marcha un proyecto ya pensado (pero que cambio de forma, y también irá cambiando de contenido, aprovechando las herramientas que nos brinda la Internet). Básicamente va a ser un lugar donde se van a colgar pequeños escritos, música, y espero que muchas cosas más, para compartir con otras hormigas.

Diciembre ya esta entre nosotrs

Perpetuo presente

Anita regresa al monte.
Su ropa impregnada de alquitrán.
Escapando del hollín industrial-automovilistico.
Se recuesta en la hamaca paraguaya,
y, por fin, descansa.

Despierta a temprano en la mañana,
maldita constumbre.
Se va al valle a recoger algunas cerezas
para desayunar.