The blues
El blues es sangre y sudor.
Lamento oprimido
Que estalla en la noche.
Ritmo del corazón,
Que acompaña al humano
desde los tiempos sin tiempo.
Empapado en alcohol y sensualidad.
El blues abraza
todos los rincones del mundo,
Con sus inmensas manos
Y despellejados dedos.
Nos mira,
mientras se mece,
detrás de sus lentes negros.
Y se sonríe,
la cuestión
ha cambiado muy poco.
En el Delta.
En los campos de algodón.
Cruzando el océano.
En las afueras de la inmensa ciudad.
Dentro de mi cabeza.
Entre personajes marginales.
Entre intelectuales seudo-bolches.
Entre almas solitarias
Y agobiadas de tanto cemento
(sobre sus espaldas).
Entre corbatas y zapatos.
Entre las piernas de algún ser,
Florece su vitalidad
(y se hace oír).
Armado con filosas guitarras,
Oxidadas armónicas,
Zumbantes trompetas,
Decadentes teclados,
Percusiones vitales,
Platillos repiqueteantes,
Bajos punzantes,
Slides deslizantes
Y
Con un fuego avasallador
Que brota desde las entrañas
Del malestar general.
El blues planta su arsenal,
Para romper con la monotonía
Mediocridades diarias.
Y, así, devolvernos el pulso.
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