martes, 1 de diciembre de 2009

Blues

The blues



El blues es sangre y sudor.

Lamento oprimido

Que estalla en la noche.



Ritmo del corazón,

Que acompaña al humano

desde los tiempos sin tiempo.



Empapado en alcohol y sensualidad.

El blues abraza

todos los rincones del mundo,

Con sus inmensas manos

Y despellejados dedos.



Nos mira,

mientras se mece,

detrás de sus lentes negros.

Y se sonríe,

la cuestión

ha cambiado muy poco.



En el Delta.

En los campos de algodón.

Cruzando el océano.

En las afueras de la inmensa ciudad.

Dentro de mi cabeza.



Entre personajes marginales.

Entre intelectuales seudo-bolches.

Entre almas solitarias

Y agobiadas de tanto cemento

(sobre sus espaldas).

Entre corbatas y zapatos.

Entre las piernas de algún ser,

Florece su vitalidad

(y se hace oír).



Armado con filosas guitarras,

Oxidadas armónicas,

Zumbantes trompetas,

Decadentes teclados,

Percusiones vitales,

Platillos repiqueteantes,

Bajos punzantes,

Slides deslizantes

Y

Con un fuego avasallador

Que brota desde las entrañas

Del malestar general.

El blues planta su arsenal,

Para romper con la monotonía

Mediocridades diarias.

Y, así, devolvernos el pulso.

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